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viernes, 21 de octubre de 2011

Publicidad, consumo y marcas ¿Qué hay detrás?


La publicidad nació a mediados del SXIX acompañando a la primera revolución industrial y hoy en día estamos viviendo una nueva revolución de las tecnologías digitales, de la información y el conocimiento, de Internet que inevitablemente deja notar sus efectos sobre la economía, el mundo de la empresa y la publicidad.



Franco Berardi Bifo, ensayista y escritor italiano, en su libro "Generación Post Alfa: Patologías e imaginarios en el semio capitalismo" hace referencia a la compleja relación entre procesos sociales y la mutación tecnológica en curso, así como la lógica recombinante del trabajo cognitivo y el capital. En esta lógica, el modo de producción predominante en la sociedad en la que todo acto técnico puede ser sustituído por información, la producción de signos se vuelve el ciclo principal de la economía; la valoración de la economía se vuelve criterio de valorización de la producción de signos, o bien de la recombinación de signos, bienes inmateriales que actúan sobre la mente colectiva, la atención, la imaginación y el psiquismo social.

Esta producción inmaterial da cuenta de un trabajo inmaterial. Es en esta esfera post-industrial en la que la producción de valor se determina por sobre todo, a través de la erogación de una actividad no física que se deposita en objetos privados de carácter físico.

Gracias a la tecnología electrónica, la producción deviene en elaboración y circulación de signos.Un signo es una entidad dotada de una doble articulación (material-inmaterial) que denota/connota una clase de objetos materiales. Un signo es esa relación entre materiales, está dotado de una doble articulación que puede referirse a un objeto, evocar o producir por fuerza de simulación algo que no existía antes.

Siempre hubo una actividad vinculada a la producción de signos. En los últimos tiempos, la actividad semiótica se volvió parte del ciclo de producción de valor, de producir significado. La producción semiótica, se vuelve la forma total del proceso de valorización del capital y ya no es calculable en términos económicos. Cuanto más tiempo es necesario para interpretar un signo mercancía, tanto menos cumple su tarea de valorizar el capital invertido para su producción.El ciclo de la innovación tecnológica es dirigido hacia la simplificación de los recorridos del usuario, del consumo, de la interpretación. El tiempo es criterio esencial del cálculo del valor de una mercancía.

El interés del capital es el incremento de la productividad, de la aceleración del ciclo de consumo, para la realización, la valoración del capital invertido. Como consecuencia, para acelerar el intercambio es necesario una simplificación de los recorridos para la producción y el consumo de mercancías semióticas. Esta aceleración semiótica aumenta el exceso de signos que requieren ser interpretados y consumidos por parte del mercado social que lleva un efecto de saturación de la atención y, en ocasiones, esta condición se vuelve patológica (según Franco Berardi Bifo) cuando se desarrolla en un contexto de competencia.

La aceleración, el aplanamiento, lo elevado "en el aire" y la discontinuidad son las características de nuestra cultura tecnológica en la cual la publicidad está inserta. En ese contexto, el modelo de la Red (red de flujos de significados), de la colaboración y del Open Source hicieron raíces en la sociedad y responden a las condiciones de la nueva economía. Una economía en la que Cris Anderson en su libro "The Long Tail" expresa que la misión de los negocios es vender menos de más, y una economía en la que las nuevas generaciones "Google" han crecido con Internet asumen que todo lo digital es gratis, el precio ya no es el elemento esencial, y en esa asunción está modificado el futuro de los mercados y negocios.

Esta crisis se manifiesta en la mutación de la producción cultural de las últimas décadas. Una expresión de ello está dada por los movimientos sociales globales que tienen como vocación hacer posible una autoorganización de las fuezas productivas y sus reglas y códigos, un espacio social en el cual se experimenta una alternativa social y una autonomía con respecto a las formas dominantes del capitalismo occidental. Esta tendencia se manifiesta en sectores radicalizados, ha sido facilitada por las tecnologías y las redes sociales. Existen sectores que no están del todo integrados a la cultura digital y que además, social, política, culturalmente - y lamentablemente- socialmente marginados, reclaman a los "Gobiernos" un sentido de inclusión, de participación en las decisiones comunes o que deberían incluirse en la agenda de participación política, como en el caso de los Pueblos Originarios y, otros grupos que no encuentran en las Redes Sociales el sentido de la participación y respuesta social a sus justos reclamos y que llevan sus discursos a la práctica de intervención en el espacio público.

Las comunicaciones de marca, también incorporan el sentido de lo social. Por ejemplo, cuando Steve Jobs y Steve Wozniak registraron la marca Apple, partieron del eslogan "Information to the people", lema que hacía referencia al poder de la gente. Esto también se advierte en el campo de la moda ya que no aparecen entre los sectores populares como un fenómeno reservado únicamente a otros, sino como una exigencia de la masa, un decorado de la vida en una sociuedad que valoriza el cambio, el placer y las novedades.

La mutación de la imagen de marca ya no es estética sino simbólica. Ya no hay distinción significativa entre los "modistos de grandes firmas" y los de "vanguardia"; se ha accedido al pluralismo democrático de las formas donde ya no se borran las diferencias simbólicas de las marcas. Si, responde a una cultura de masas hedonista e individualista que, a su vez, busca una respuesta a su crisis de sentido, de vacío.

La Semiología y sus distintas derivaciones como la socio semiótica estudia los sistemas de signos, los lenguajes y las características según las cuales, insertas en un mensaje, produce determinada significación de acuerdo a las particularidades decodificadoras del receptor (Margariños de Morentín).

Los anunciantes, las empresas ya no tratan de vender un producto o servicio por medio de la persuación publicitaria sino, se trata de crear universos simbólicos dotados de sentido. Según M. Morentín, se trata de crear un mundo, un lugar privilegiado para esa marca o producto, de modo que el mundo sea distinto una vez percibido ese lugar por parte del consumidor/receptor.

Un recurso de la publicidad es la simplicidad de la imagen y su proceso de evocación. Por medio de la connotación, el producto se dirije al corazón. "Es sabido que el corazón tiene razones que la razón no comprende " (Moles y Costa).

La publicidad da lugar a una proliferación de signos al generar constantemente y con mayor velocidad cada vez más y más significantes para significados que se agotan pronto y se sustituyen por otros. Los avisos se anteponen al producto. El consumo se vuelve más psicológico que material. Por lo tanto, la actividad perceptiva es constante en el individuo. Se busca saturación semántica, es decir una saturación de significaciones para dirigirse a la conciencia múltiple del Ser Humano (sistema perceptivo, lógico, estético) que es emocional, intuitivo. Los signos son, entonces, realidades que se utilizan para hablar de otras realidades ausentes, las cuales no son signos sino cosas bajo la influencia de la comunicación desde la mirada publicitaria. Los signos experimentan una reconversión o resignificación al superar la función que tienen en un momento dado y adquieren un nuevo significado en un nuevo contexto. En ocasiones, los signos se recuperan pero algunos pueden ser vanalizados -pierden su significación histórica- y dejan de ser valores para ser productos: el caso de la figura de Evita, John Lennon, etc.

La reciente publicidad de Young & Rubricam de Alto Avellaneda "¿Qué nos pasó, Man?" revela la necesidad de asociar la identidad de las marcas en la vida social de las personas a partir del valor. Un joven se pregunta sobre la posibilidad de ser una hoja en blanco y el comercial reafirma la fuerza de esos signos puros/marcas que subyacen en nuestras decisiones y consumo, por medio de los valores y mundos simbólicos que representan. Las marcas presentadas, conectan con los atributos de identidad de Alto Avellaneda como un lugar físico donde encontrar todas las marcas verdaderas. Probablemente, una necesidad de fortalecer la presencia del shopping ante la alternativa de la "copias" no originales de la salada.

Semiologíapublicitaria

martes, 28 de junio de 2011

6 razones por las que las relaciones públicas han cambiado para bien


Hace unas décadas, antes de que el correo electrónico y las redes sociales se hicieran omnipresentes en nuestras vidas, las principales armas de los profesionales de las relaciones públicas eran el fax y el teléfono. Hoy, gracias a la nuevas tecnologías, el trabajo de los relaciones públicas ha ganado en agilidad y sencillez. Beth Monaghan, directora de la agencia InkHouse Media + Marketing, desgrana en PR Daily las razones por las que las relaciones públicas han cambiado para mejor:

1. El email permite la personalización del mensaje
Gracias al email, es posible enviar notas y comunicados de prensa a los periodistas y los medios realmente interesados en su contenido. Con el fax, la personalización del mensaje era mucho más complicada.

2. La calidad del contenido importa
Antaño, los relaciones públicas trataban de vender a los periodistas las historias de sus clientes con las palabras que a éstos últimos les parecían más convenientes. Hoy en día, el margen de maniobra es mucho más amplio porque las empresas tienen muchos más canales de comunicación a su disposición para hacerse oír. No obstante, el único modo de hacerse oír es tener algo interesante que contar.

3. Hay nuevos canales de comunicación
Las notas de prensa siguen siendo importantes, pero con los social media y el blogging se amplían considerablemente las herramientas de comunicación de los relaciones públicas. La nueva Web Social aviva las conversaciones entre marcas y clientes, y la tarea de los buenos relaciones públicas es prender la mecha de esas conversaciones.

4. Las relaciones importan más
En las relaciones públicas, la clave está en las relaciones. Y estas relaciones son ahora mucho más fáciles gracias a los social media. Con la ayuda de Twitter, Facebook y compañía, los relaciones públicas tienen la oportunidad de saber más sobre los periodistas, sus historias, sus opiniones e incluso sus plazos de entrega. Estas plataformas están cargadas de información útil. Lo importante es saber filtrar esa información.

5. Las relaciones públicas se orientan hacia el SEO
Hoy en día, las notas de prensa no se quedan en la bandeja de entrada o en la papelera de los periodistas a los que se les envía, sino que viajan a través de internet en múltiples formatos. Por este motivo, resulta tan importante prestar atención a aspectos relacionados con el SEO para optimizar así la presencia en los motores de búsqueda de esas notas de prensa.

6. Los relaciones públicas pueden medir los resultados de sus acciones
En la actualidad hay múltiples instrumentos para medir los resultados de las acciones de relaciones públicas: las puntuaciones de Klout, los rankings de Technorati Authority, Google Analytics, o las interacciones logradas por la marca a través de Facebook, Twitter y LinkedIn.

Marketing Directo

lunes, 27 de junio de 2011

Científicos crean el primer chip de memoria implantable


Suena a ciencia ficción pero es real. Lo que tantas veces hemos visto en la gran pantalla, podría resultar en un selectivo proceso quirúrgico. Nos referimos a la implantación directa de conocimientos en el cerebro, convertir nuestra materia gris en un disco duro donde almacenar cualquier información.

Suprimir el proceso de aprendizaje de un plumazo tendría impensables consecuencias sociales, aunque tal suposición rice el rizo de un avance que, por el momento, se ha demostrado exitoso en su investigación con roedores.

Dejémonos pues de futuros en que los implantes de memoria se trafiquen cual droga y soñemos con la sustancial mejora de la calidad de vida que la innovación podría traer consigo a quienes padezcan enfermedades relativas a la pérdida de memoria, como el Alzheimer.

Científicos de la Viterbi School de la Universidad del Sur de California, liderados por el Doctor Theodore Berger, han conseguido crear un chip protésico que puede implantarse en el cerebro para la transferencia de habilidades mnemotécnicas mediante el uso de electrodos.

El chip alberga señales neutrales que funcionan a modo de memoria electrónica. Ésta fue manipulada e implantada a varios grupos de ratas, de tal manera que recordasen el camino a seguir en un laberinto (o no) con tan sólo apretar un botón: el que activaba o cesaba el estímulo del chip en cuestión. Dicho de otro modo: pudieron controlarse los recuerdos de cada sujeto experimental tras su previa inserción.

Activa un interruptor y las ratas recordarán. Desactívalo y olvidarán. El estudio demuestra por primera vez que, con la suficiente información sobre el código neuronal de los recuerdos, una prótesis neural capaz de identificaciones en tiempo real y la manipulación del proceso de codificación, podemos reestablecer e incluso potenciar los procesos de cognición mnemotécnica.

El siguiente paso del equipo es investigar con monos, intentando dar con resultados similares. La experimentación con humanos ya es otro cantar, pero como suele decirse, todo se andará.

viernes, 24 de junio de 2011

Lytro cambiará la forma en que entendemos la fotografía


“A menudo, la gente entiende la toma de una foto como la captura de un instante, pero la fotografía convencional se muestra incapaz de hacerlo. Sólo preserva uno de sus ángulos, enfoques o perspectivas luminosas. Si eres fotógrafo profesional, tal vez seas capaz de capturar las mejores partes de ese momento.”

Habla Ben Horowitz, inversor de una de las start-ups tecnológicas más prometedoras que haya engendrado Silicon Valley. Nada más saber sobre ella tuve la imperiosa necesidad de darla a conocer, de compartir lo que pudiese suponer una auténtica revolución en el ámbito de la fotografía amateur.

Lytro (la compañía en cuestión) se encuentra desarrollando una nueva tipología de cámara capaz de captar más de un plano luminoso. Un sólo disparo, desde un sólo dispositivo, nos permite capturar todo el campo de luz en torno a la escena fotografiada. Todo destello, sea cual sea su dirección o ubicación, queda reflejado en la imagen resultante.

La utilidad que pueda tener tal avance, por el que se lleva investigando desde mediados de los 90 en la Universidad de Standford (que dispuso 100 cámaras en una habitación para conseguir lo que Lytro con la suya) os quedará a las claras en cuanto jugueteéis un instante con la siguiente fotografía:

Una vez tomada, podemos manipular a nuestro antojo el enfoque de cualquiera de sus elementos. Imaginad pues que fotografiáis una calle a rebosar de gente y que, una vez llegados a casa, retocáis la foto a golpe de click, pudiendo destacar a cualquiera entre el centenar de personas que pueden contarse.

Lytro permite, literalmente, capturar momentos para decidir a posteriori con cual de sus múltiples perspectivas nos quedamos. Transforma al más patoso en fotógrafo de primera, augurando la estandarización de efectos otrora sólo admirados en entornos profesionales.

No extraña que, además del propio Horowitz, NEA, K9 Ventures y Greylock Partners hayan invertido cerca de 50 millones de dólares en la compañía, ahora centrada en el lanzamiento de una cámara cuyo precio aún desconocemos. Los planes de lanzamiento hablan de “algún momento de este año” (se puede reservar en su web) pero como bien señala TechCrunch, más les vale que la experiencia resulte no sólo asequible, también lo suficientemente simple.

Sea como fuere, no dejamos de estar ante un avance admirable, que dejará boquiabiertos a cuantos se le acerquen.


alt1040

lunes, 30 de mayo de 2011

La historia del diseño web


El tema de una “historia del diseño web” está comenzando a surgir con cierta fuerza en muchos blogs y publicaciones del sector, un indicio que muestra claramente la consolidación de esta disciplina y cómo es capaz de revisarse a sí misma para encontrar ciertos hilos o ejes a lo largo de los cuales se ha estructurado esta especialidad del diseño.

Si bien todavía muchas de estas revisiones están basadas en un recorrido visual por las páginas a lo largo de la historia, un rápido repaso comienza a mostrar como el campo ha evolucionado desde las primeras páginas que tenían enorme limitaciones en el diseño visual por los fuertes condicionamientos técnicos, a las posibilidades que brindan las tecnologías de hoy donde -desde mi punto de vista- muchos recursos estéticos propios de la web han llegado a la gráfica.

Web design history, a complete journey es un impresionante post publicado por Web Design Shock donde hay un recorrido bastante exhaustivo que comienza en los 90 y donde pueden verse algunas pequeñas joyas como esta portada del sitio de Mc Donalds que hoy hasta nos parece dañino para la vista.

De los colores en 16bits, tipografía de sistema y enlaces azules hemos pasado un intensivo tratamiento del color, las tipografías web embebidas y, fundamentalmente, el CSS que fue imprescindible para que toda la historia del diseño visual no quedase de lado en la web.

Un caso particular es el de Apple, probablemente la empresa que más fuerte marca tendencia en el diseño. En The Evolution of Apple.com podemos apreciar la evolución del sitio web donde encontramos las principales tendencias del momento. Sin embargo, hay constantes: el minimalismo, la temprana apuesta a las pestañas como elementos central de navegación, el cuidado uso del blanco y la referencialidad de las imágenes.

Thuer

lunes, 4 de abril de 2011

¿La muerte de la fotografía? (Parte 1)


Los 160 años de desarrollo de la fotografía cobraron un giro significativo cuando, hacia mediados de la década de l980, las fotografías comenzaron a nutrir la generación de imágenes digitales. Desde entonces, éstas han ido sepultando gradualmente a la fotografía analógica, tanto en sus formas de producción como en su circulación y consumo. El cambio afectó en forma general: el ejercicio profesional, la práctica artística, el uso doméstico, las formas de conservación, por sólo citar algunos. Aquellos rasgos que las teorías de la fotografía consideraron ontológicamente definitorios del medio fueron puestos a revisión.

Desde la certeza de estar frente a un fenómeno radicalmente novedoso, hasta planteos más escépticos respecto de las posibles innovaciones que el cambio tecnológico coadyuvaba, la reflexión teórica interpretó, de diversos modos, los alcances de las nuevas prácticas. El presente artículo escrito por la profesora Silvia Pérez Fernández repasa algunos ejes de su seminario Una aproximación al postmodernismo en fotografía, centrándose en el viraje que se opera en la teoría de la fotografía, desde los abordajes que se consolidaron a principios de la década de 1980 (provenientes mayormente de la semiótica) hasta aquellos discursos que empezaron a emerger desde mediados de los años 90. En algunas zonas de éstos, los cambios introducidos por la tecnología digital (principalmente en términos de circulación y consumo a través de Internet) comenzaron a ser interpretados en clave fenomenológica.

Derivas teóricas en torno a la imagen digital en las postrimerías de la fotografía analógica: la semiótica

El inicio de la década de 1980 fue un punto de inflexión en la historia de las teorías de la fotografía: estaba constituyéndose el último gran modelo teórico que intentaba “saldar”, a su modo, siglo y medio de reflexión en torno a la misma. En el contexto más general de revisión de los grandes legados teóricos en las ciencias humanas y sociales, del desarrollo discursivo del posmodernismo, la fotografía es vuelta a pensar desde un cruce en el cual intervienen, básicamente, dos modelos semióticos: el peirciano y el postestructuralista. A la vez, la síntesis adquiere rasgos distintivos en los dos escenarios principales de irradiación: Francia y Estados Unidos, en los que se vertió el peso de herencias teóricas disímiles.1

El caso de EEUU es más complejo, puesto que la incorporación muy tardía de tradiciones que en Europa tenían entonces años de influencia y desenvolvimiento (como el abordaje sociológico de Pierre Bourdieu),2 deriva en planteos menos reactivos que en Francia. El grupo de críticos y teóricos nucleados en torno a la publicación October, editada por el MIT, dicen ser gestores de un “postmodernismo de resistencia” en el cual confluyen Marx, Althousser, Gramsci y la Escuela de Frankfurt; un amplio abanico de autores enrolados en el postestructuralismo francés; el psicoanálisis lacaniano; el feminismo; los estudios culturales y el situacionismo, entre otros. Desde el lado de una “teoría fotográfica crítica”, incorporan los trabajos de Gisèle Freund, Bourdieu y algunos artículos de Roland Barthes, como así también la recepción tardía de los escritos de Benjamin.3 Entre los críticos que adscriben a esta línea, sobresalen los trabajos de Rosalind Krauss y Douglas Crimp, más allá de la influencia masiva del texto inaugural de la discursividad posmoderna iniciada por Susan Sontag a mediados de los 70, con la publicación de los ensayos que luego derivarán en Sobre la fotografía.4 Como especificidad propiamente norteamericana, la creación de la categoría “actividad fotográfica de la posmodernidad” por parte de Crimp y su afirmación de que la discusión del (sobre) postmodernismo es una discusión en torno a la fotografía, dan cuenta del lugar central que ella desempeña. Son algunas características inherentes al medio las que posibilitan poner en tela de juicio las nociones de original, autor, por ejemplo. Esas formulaciones someten a revisión ciertas categorías tradicionales empleadas por la historia del arte: originalidad, unicidad, autoría. Krauss analiza los desplazamientos que la teoría fotográfica produce en los abordajes de la historia del arte, aunque (quizás) forzando demasiado ciertos supuestos filosóficos y otros propios de la práctica fotográfica. Sin embargo, hay un punto de la reflexión que emparenta el pensamiento norteamericano con el francés: la idea de huella como noción que define ontológicamente a la fotografía. En el caso de Krauss, la autora sostiene que la fotografía tiene en su origen la marca de la teoría de los espectros, floreciente durante el primer tercio del siglo XIX, que giraba en torno a cómo las radiaciones emitidas por los cuerpos se depositaban en la materia. La fotografía, para la autora, es la técnica que entronca en esa tradición por ser un registro imagético de las radiaciones luminosas.

En Francia, en cambio, buena parte de la propuesta teórica se enmarca dentro de lo que Scott Lash5 ve como una característica de la discursividad teórica posmoderna propia de aquel país: la anulación, en un mismo movimiento, de la “diferencia saussureana” y la “distinción bourdiana”, al tiempo que la emergencia del yo y del inconciente. Así, las figuras de Barthes y Philippe Dubois son exponentes del giro conceptual con sus ya clásicos trabajos de inicios de los años 80.6 En Barthes predomina la crítica a todo abordaje previo, “científico”, de la fotografía (incluso el suyo propio). También expresando la crisis y replanteos del discurso teórico académico tradicional y la emergencia de la experiencia autobiográfica, su ensayo gira en torno a la imposibilidad de definir a la fotografía. Esa particular forma de huella es inaprehensible para el pensamiento: remite a un tiempo y espacio que afectan de modo absolutamente individual a quien es atrapado por la imagen, imposibilitando toda conceptualización y generalización teóricas más allá de un puñado de nociones. La fascinación que provoca la escritura de La cámara lúcida agrega, también, su cuota de empañamiento. En Dubois el planteo es diferente: el capítulo inicial del libro es una clara toma de posición en favor de una definición de la fotografía que apunta su crítica hacia dos modelos epistémicos: el positivismo y los abordajes que reposan en la (de)construcción simbólica. Al igual que Krauss, el pensamiento de Charles Pierce es recuperado por Dubois en función de la elaboración de una terciaridad fotográfica: la iconicidad mimética de la primera etapa (siglo XIX), la transformación simbólica y la codificación que prevalecen durante todo el siglo XX en tradiciones que van desde el estructuralismo social y lingüístico hasta la fotografía antropológica o la autoral como la de Diane Arbus y, finalmente, la indicialidad como modo específico de vinculación entre referente e imagen fotográfica. Dubois es claro: la fotografía es ante todo huella, en una segunda y necesaria instancia (puesto que huella sólo remite al momento en que la superficie sensible es alterada físicamente por la presencia de la luz que emana del referente) se define la reducción mimética o la codificación cultural.

maestriadicom