sábado, 19 de noviembre de 2011

El verdadero sentido de 'compartir' en social media




'El que parte y reparte, se queda la mejor parte'...

El sentido intrínseco de esta afirmación no se corresponde exactamente con lo que debríamos entender por 'compartir'. El hecho de vivir en un mundo basado en la competitividad, está derivando en la malinterpretación manifiesta de 'lo solidario'. El egocentrismo, la vanidad y, por qué no, la propia supervivencia, nos conducen a través de unos derroteros en los que el protagonismo de 'lo propio', termina desvirtuando nuestra manera de colaborar con el grupo.

La necesidad de trascender, de alcanzar el éxito y el reconocimiento nos lleva a situarnos en un plano 'técnico', en el que todo aquello que compartimos pierde su carga emocional, transformándose en una simple herramienta estratégica.

De esta manera, el hecho de proyectar contenidos o acciones se convierte en una acción transaccional, en la que cada parte de lo que ofrecemos se dirige a la consecución de un retorno de nuestra inversión. Y es evidente y lógico que, en un mundo en el que la competitividad es el santo y seña de cuanto hacemos, las personas y las marcas pugnen por 'compartir con la sana intención de recibir algo a cambio': es ley de mercado.

Ahora bien, eso no quita para que de vez en cuando -sin necesidad de abusar-, variemos la ecuación, abriendo las puertas a la posibilidad de compartir algo a modo de regalo.

Ofrecernos abiertamente, sin esperar nada a cambio, significa que nuestra personalidad -también aplicable a las marcas- se enriquecerá con un bagaje de emoción. Emoción sobre la que se catalizará una fuerte corriente de empatía real, sólida y perdurable.

A día de hoy, mucho se habla sobre el enorme potencial solidario que fluye a través de las redes sociales. La colaboración, el apoyo, el diálogo abierto, etc., forman el compendio de valores intrínsecos de la nueva filosofía que rige en los social media. Pero, no nos engañemos. Hay mucha más apariencia que verdad.

Y es aquí, en este punto y aparte, donde la realidad nos abre un nuevo camino sobre el que trabajar. Tratando de ir incorporando -tanto marcas, como personas- ese modelo de 'compartir realmente', en el que el objetivo trasciende las barreras del klout individual, orientándose a la construcción de un objetivo (beneficio) común.

La comunicación 2.0 ha abierto, de par en par, las puertas a un nuevo formato de relación, más cercano, mucho más social. De nosotros depende aprovechar la oportunidad y convertirlo en la excusa para acercarnos a los demás... O, por el contrario, seguir utilizándolo, exclusivamente, para vendernos mejor.

LasBlogenPunto

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